chiquilín de bachín

—El mundo es la suma del pasado y de lo que se desprendió de nosotros— Novalis

domingo, septiembre 16, 2007

En la vereda del sol

Estoy tocando aquella canción
que no es mi canción
ya ves no tengo nada

que hacer en esta función.
No quiero conocer a nadie
quiero salir a ver la calle.
Estoy en la vereda del sol
que ya va a nacer,
nacer, dar media vuelta al cordón
para no volver.
Mirá toda la fiesta de afuera,
buscando la emoción verdadera.


En el Raval hay skaters, catalanes conchetos, intelectuales, comerciantes filipinos, adolescentes cool, gays progres, latinoamericanos que alardean en todos los acentos imaginables, borrachos, bohemios, turistas franceses, pakistaníes vendedores de cerveza y hachís, putas africanas, catalanes hippies, universitarios italianos de intercambio, policías españoles que alardean en un acento solo, árabes, drogadictos, chinos. Conviven pacíficamente, de momento, todos juntos en la calle. De día y de noche. Yo vivo en un loft remodelado y súper moderno, bien incrustado en uno de los barrios más viejos y tradicionales, en el centro de Barcelona. Arriba el Tibidabo nos vigila.

Hicimos la mudanza a lo largo de toda esta semana, frente a la mirada atenta de dos pintores bolivianos que aún no terminaban con los últimos retoques del techo. Los libros que tenemos en la biblioteca del living son excesivos para nuestra edad. Es posible que no hayamos leído ni la mitad para lo que queda del lustro. No nos importa. Hacemos de cuenta que no. Las estanterías no están de adorno, son el peso de la cultura que tanto queremos que nos pese. El living es grande. Se come las habitaciones. Tampoco nos importa. Pactamos hacer vida en el living. Juliette sonríe silenciosa y me mira atrás de sus anteojos y su largo pelo rubio, mientras sus papás acomodan las últimas cajas de basura para deshacernos de los vestigios de la mudanza. Las paredes están blancas y vacías. Queremos colgar un cuadro: ella propone Tàpies; yo, Velázquez. Está claro que la posmodernidad y el clasicismo no cuajarán jamás. Juliette piensa en comprarse un perro. Mi alergia y mi fobia materna me lo proscriben terminantemente. Intenté convencerla arguyendo que los escritores, desde Baudelaire a Cortázar, tienen una relación metafísica con los gatos. Después me acordé que a lo que soy alérgico es al pelo de animal, además de al perfume de mujer, al polvo —frecuente motivo de burlas—, al polen y a cambios climáticos en general. Que soy un impresentable, digamos. Juliette finge no oír e imagina cuando me mande a sacar el perro por las frías mañanas de otoño que se vienen. Dice que es para hacerle compañía. Necesita como sea combatir la soledad.

Por lo que a mí respecta, un intensísimo verano desfiló subversivamente más allá de mi doble turno laboral, donde ahorré toda la guita que necesitaba. Fue un verano voluntariamente diferente a todos los anteriores. Más real, más vital, más sexual. Un verano con noches llena de caóticas sábanas, poquísimas horas de sueño, llegadas excesivamente tarde al trabajo, camas clandestinamente deshechas, felices ojeras, diálogos que jamás pensé que iba a tener, una difusa mezcla en la que entraba deseo, dolor, cariño, placer, obsesiones, miedos, y un puñado de canciones de Drexler compartidas hasta el amanecer, celebrando aquel edén de solo dos metros cuadrados. Un verano con largas llamadas telefónicas, esta vez a este lado del charco, repletas de dilatados silencios al compás de dos respiraciones sudamericanas que intentaron respirar juntas pero que fueron, claramente, incapaces. El verano se acabó. Evocarlo no es más que una manera estéril de perder mis últimos minutos de recepcionista en este hotel. El verano se fue, no sin antes haberme enseñado innumerables lecciones y haberme dado algo que durante tres años mi vida me venía negando y que por momentos sentí que no me quería devolver más.

Es tiempo de volver a combatir la soledad. Los libros, por ahora, siguen siendo los narcóticos que elijo frente a las mascotas. Ahí está Juliette, que es catalana, intelectual, adolescente, concheta, progre y universitaria. Todo a la vez, tomá pa vos. La flamante y bienvenida compañera de piso, en vez de los ex-cuatro machos que me acompañaron durante un año en Sants. Juliette ordena sus libros, dice, por asociación de ideas. Nada más cercano a un orden surrealista-psicoanalítico. Yo, por supuesto, sigo mi rígido y solemne rigor positivista. Literatura latinoamericana, española, inglesa, italiana, francesa, filosofía, teoría de la literatura. La sensación está en el aire: este año pinta mejor que el anterior, aunque le costará igualarlo. Por lo que a las estaciones se refiere, nada parece indicar que un invierno subversivo no pueda superar este verano eminentemente imborrable.

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10 Comments:

At 1:34 p. m., Anonymous Anónimo said...

ajajaja, qué bonito!
-snif (lagrimita)- gracias.

 
At 6:53 p. m., Blogger melquíades said...

Cómo me gustan sus autobiográficas, carajo.

Un abrazo grande, che.

 
At 1:40 a. m., Blogger Sol! said...

Precioso post. Tu intuición fue corroborada.

Un besito.

 
At 3:06 p. m., Blogger kariaco said...

Magnífica recorrida por el Raval. Mucha suerte en este nuevo loft con mucho living.
Las mudanzas tienen cosas magníficas relacionado con la esperanza de todo lo que puede ser...

 
At 6:36 p. m., Blogger Ana no duerme said...

Me uno a quien dice que nos gustan las autobiográficas.
Me gustaria ver fotos del loft.
Y si puede ser de Juliette también.

 
At 8:51 p. m., Blogger tusitala said...

Yo siempre apuesto por los animales. Los libros son geniales compañeros, pero los perros son taaaaaan lindos! Incluso cuando se vuelven necios y no quieren obedecer. Para la alergia le sugiero: uno sin pelo, como el mío.

 
At 3:11 a. m., Blogger Ca said...

Un relato para guardar.

Un beso muy grande.

 
At 10:02 p. m., Blogger Judit said...

Com sempre, una delicia. L'estiu no acaba fins que passa santa Teclaaaaaa

 
At 3:10 a. m., Blogger Pilikina said...

cla cla cla.
Bonito relato.

 
At 1:36 p. m., Blogger Nuria said...

Hola Fabricio... soy Nuria de la Biblioteca, y necesitamos que vengas a la biblio para recoger unos papeles. ES URGENTE que vengas hoy o mañana.
Gracias
pd; te lo dejaremos para que puedas venir por la tarde. Te hemos llamado por teléfono y no estabas

 

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