Epílogo de la nostalgia
Hay un lugar, donde la nostalgia vive. Un lugar único, en el que cuando el alba nace, se siente ese olor a frío húmedo y cuando el ocaso yace, se escucha algún triste tango que inunda de angustia el horizonte de una urbe sin luz.
Donde en cada aurora algún Nonino dice Adiós a su mundo y deja un pedazo de vida, sin hacer caso al incesante violín que resuena en sus oídos.
Donde esas callecitas que tienen ese qué sé yo, sufren sin consuelo el fracaso albiceleste del vacío que dejan almas que sin nada llegaron y sin nada se van...
Donde rondan fantasmas de algún bandoneonísta piantao que mira al río más ancho y frustrado del mundo, o de algún escritor que luego de un paseo por otras tierras se animó a creer que ese lugar, era suyo, contándonos la historia de heroicos gauchos e indios.
Donde los senderos de Rivadavia y de Gaona se toman de la mano infinitamente y se enamoran de un tal San José, que peleando por su vida y la de otros, atraviesa los solitarios Andes, guiado por un sueño.
Donde algún polaco saltó por el escote de su amada enloqueciendo su corazón de libertad.
Donde la desolada puna roza nubes y palpa la interminable llanura que choca con el Sur del universo llamado Patagonia.
Donde un genio se preguntó si este país estuvo hecho porque si, mientras oía la cumparsita de los eternos jóvenes de ayer.
Esta noche, a lo lejos, en el escenario del mundo, un pibe llora en su porteña soledad por el imposible deseo de volver a su casa. Sus dilatadas pupilas y su garganta irritada de dolor no lo ahogan lo suficiente como para ocultarle la milonga que el pasado y el futuro bailan, silbando un firulete que derrite la fuerza de la esperanza, que sin consuelo grita, para que alguien se juegue por ella. Y siente como la dulce fiesta de las cosas más sencillas se está muriendo, ya no importa si la disqueria del barrio cerró, ya no importa si acaban con la vida de muchos, ya no importa si algunos llevan el caño a su sien apretando bien sus muelas, ya dejó de importar no sólo a dónde vamos, sino de dónde venimos y qué somos. Pisando nuestras pocas costumbres y ritos, abandonando nuestros gloriosos ríos y montañas; dejando de lado una utopía llamada patria, mientras se desangra esa imagen en una escuela, izando una bandera alta en el cielo...
El pibe se dispone a acabar con la tortura que su mente le profana y sueña con algún iluso joven que todavía respire esos buenos aires que se necesitan para dar fin a la vida de la nostalgia y grita...
...te quiero sur
Etiquetas: cosecha propia
5 Comments:
Es del escritor que tengo dentro mío, a él también le encanta.
Sigue colgado en el lugar de trabajo de tu viejo? Si es así me gustaría poder ir a verlo
Já, yo tambien lo leí.
Solo ando de visita :)
(deja de robarle post a peperina ;)
Joaco.
No dejo de emocionarme cada vez que leo estas líneas... Siempre descubro algo más en ellas, algo más de los pensamientos que rondan por tu cabeza. Y al terminar de leerlas cierro los ojos y te siento otra vez al lado mío, y eso me reconforta... Seguí reflejándote a través de ellas. Son mi medio para evitar, hasta el "proximo encuentro", sentir que no conosco a quien quiero tanto. Son mi medio para seguir conociendo tus pasos...
Tu Prima.
che, esta buena la prima?
Perdón pero, Fabri ponele los puntos al muchachito que preguntó eso... jajaja Te quiero! Tu primita!
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