Una enorme metáfora III
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la Gare d'Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal
como el sol
del veranillo de San Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un sí bemol de Jacques Brel
conocí a Mademoiselle Amsterdam.
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la Gare d'Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal
como el sol
del veranillo de San Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un sí bemol de Jacques Brel
conocí a Mademoiselle Amsterdam.
Etiquetas: viajes
3 Comments:
¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?
Bachín, deje de darle al cabernet sauvignon antes de sacar fotos, mire que se nota...
"..al país donde los sabios se retiran
del agravio de buscar labios que sacan de quicio.."
¡Cómo me gusta ésa canción!
Es que es rico, mer, no me lo niegue.
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