chiquilín de bachín

—El mundo es la suma del pasado y de lo que se desprendió de nosotros— Novalis

lunes, febrero 26, 2007

Pretty Mouth and Green my Eyes

Rose my color is
and white,
Pretty mouth
and green my eyes

Salinger heredó dos virtudes de dos maestros de forma inmejorable: la oralidad del jargon americano de Mark Twain —basta con comparar pasajes de Huckleberry Finn con algunos de Catcher in the Rye— y la ambigüedad aplastante de Shakespeare. 'Pretty Mouth and Green my Eyes' es un claro ejemplo. La voz de sus personajes, esta vez adultos, de nuevo mantienen intacto el brillo del realismo cotidiano. Like hell we are. I'm no goddam animal. I may be a stupid, fouled-up twentieth-century son of a bitch, but I'm no animal. Don't gimme that. I'm no animal puede ser una frase pronunciada por Arthur, pero me recuerda tanto a la voz de De Niro interpretando algún newyorker de la calle que me asombra el oído con el que Salinger escribía. El final abierto, minuciosamente construido, es el logro magistral del cuento sin dudas. Pero, de nuevo mi contaminación cinéfila y como ya señaló Alvy Singer, el bunch of neurotics deseando escapar a Connecticut de este cuento me traen a la mente inmediatamente los guiones de Woody Allen. Para terminar, el matiz de las cosas insignificantes es tan poético en Salinger que me parece una pena no recordarlo: He picked his cigarette out of the ashtray —that is, selected it from an accumulation of smoked and halfsmoked cigarettes—.

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