—El mundo es la suma del pasado y de lo que se desprendió de nosotros— Novalis
Porque el espíritu de la pampa está allí en todos los corazones; porque si solevantan un poco las solapas del frac con que el argentino se disfraza, hallarán siempre el gaucho más o menos civilizado, pero siempre el gaucho.
Etiquetas: citas
-This is what is called speaking. I believe that is the term. When words come out, fly into the air, live for a moment, and die. Strange, is it not? I myself have no opinion. No and no again. But still, there are words you will need to have. There are many of them. Many millions I think. Perhaps only three or four-. Paul Auster, City of Glass
8 Comments:
Jamás creí que pudiera estar de acuerdo en algo con Sarmiento.
Ha hecho usté un verdadero milagro. =P
Debajo de todo colombiano hay un...
un...
un.....
(arriero paisa, pescador costeño, papicultor boyacense, tabacalero santandereano, indio chibcha, soldado de fortuna andalú)
¡Viva la unidad cultural!
jajajajaja
que me hacen reír, muchachos, que me hacen reír...
Alberdi le criticaba a Sarmiento su idealismo: en el Facundo, don Domingo Faustino pregonaba la necesidad de vestir a las milicias (campesinas, obviamente) para evitar que la barbarie le saliera de los poros. Él mismo vestía un uniforme europeo para conjurar su maldición latinoamericana.
Esta cita suya, encontrada con verdadera pasión de buceador, parece ser una auténtica rareza.
(Y mereció un halago en mi ensayito, se lo agradezco.)
Si se lo lee bien, no es una rareza. En la frase, Sarmiento hace un comentario, no un juicio de valores: no dice ni que sea bueno ni malo el hecho de que siempre aparezca el gaucho detrás del ciudadano. Pero, para qué engañarnos, está muy claro que él condenaba esa realidad. De todas maneras, para mí, lo más interesante, tanto en el Facundo como en El Matadero es esa fascinación que Sarmiento y Echeverría sentían hacia la barbarie. La odiaron, pero también le dedicaron demasiadas líneas. Para mí esa ambigüedad tiene que ver con un sentimiento de amor y odio. No creo que fueran tan tajantes como ellos querían mostrarse.
No lo eran. Eso se ve sobre todo en la lectura que luego va a hacer Martínez Estrada. Sarmiento termina enamorándose de la figura de Facundo, por ejemplo. Es todo una ambigüedad continua.
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