Guerra a las chicas sin buen gusto II (o refutación aplastante)

Mondri dijo...
[...]no me importa lo que digan de mi,
Los SinRitmo nunca formaran parte de mi vida(?)...y por mi podrían no haber existido nunca que la música seria lo mismo que es ahora [...]

Dadas las incipientes declaraciones de la licenciada, aprovecharé para esbozar un breve inciso introductorio avasallante en contra de sus débiles argumentos. No podremos cambiar que ella no disfrute escuchando el solo de violonchelo de Eleanor Rigby; así que no está en discusión que los SinRitmo, como ella se atreve a bautizar a El Grupo, nunca formarán parte de su vida.

El caso es, querida compañera, que muy probablemente caiga usted en un ligero error con eso de que «por mi [sic] podrían no haber existido nunca que la música seria [sic] lo mismo que es ahora». Transcribo aquí la primera parte de algunos datos que quizá sirvan a modo de ilustración:

1. El 27 de noviembre de 1964, salió a la venta el single en el que se usaría por primera vez la técnica del feedback. Este efecto, usado y abusado años después por Jimi Hendrix, fue una forma de sonido eléctrico completamente nueva. La canción se llamó I Feel Fine.
2. El 6 de agosto de 1965, salió a la venta un disco de música popular que contenía por primera vez una canción que, además de usar instrumentos propios de dicho género -léase: guitarra, bajo o batería- era acompañado de otros, más propios de la música clásica -léase: cuarteto de cuerdas, i.e: violín, violonchelo, contrabajo y viola-. Esa canción se llamó Yesterday y, por cierto, es la canción más versionada por otros músicos -3 mil versiones- y la más transmitida por radio -6 millones de reproducciones- hasta el día de hoy¹. Después, todos se atrevieron a mezclar sus solos de guitarras y sus acordes de pianitos con los violines de fondo.
3. El 15 de agosto de 1965, se realizó el primer concierto masivo de la historia del rock en un estadio de baseball, llamado Shea Stadium, en NY. 56 mil personas acudieron a ver a los SinRitmo, incluidos entre ellos nuestro Querido Difunto Papa. Después vendría Woodstock y todo lo que conocemos como recital.
4. El 3 de diciembre de 1965, ocurrió algo similar, pero esta vez los músicos fusionaron en una canción los instrumentos populares con uno oriental, traído de la India, llamado cítara. Norwegian Wood se llamó esa canción. Después los Rollings usarían la cítara que suena en canciones como Paint it, Black y Led Zeppelin haría esas escalas de guitarra que recuerdan las mil y una noches orientales.

Vos te lo buscaste, querida. Esto se llama meter la pata o mandarse solita al frente.

Instan-Táneas

Instantáneas de la calle
veo una separación, un choque
un estallido, una universidad,
viven haciendo las paces
hay un chico que se escapa
un toro, una señora, un cielo, un capitán

Fito Paez / Luis Alberto Spinetta

• Qué lindo es escuchar en vivo a la Orquesta y el Coro de niños de Berlín interpretando el Réquiem de Mozart.
• Qué lindas son las chicas de la facultad de Letras.
• Qué lindo es Barcelona.
• Qué lindo es descubrir a Chaucer.
• Qué lindo es debutar en Latín con un 9.25.
• Qué lindo se puso de golpe el otoño.

Guerra a las chicas sin buen gusto I

Hace aproximadamente un mes, este blog le declaró la guerra a la Licenciada quien cometió blasfemia, pecado capital, sacrilegio, difamación e infamia, por sostener que los Beatles son más conocidos como los SinRitmo y demases adjetivos que este autor no piensa reproducir en este blog con buen gusto. Como la gente sin ni un poquito de sentido de la estética no puede ser persuadida por las personas que escuchamos buena música, no se pretenderá en los siguientes posts tomar una medida evangelizadora. Sólo se la pondrá en ridículo por no entender la Verdad Absoluta: a una persona *no* puede no gustarle los Beatles. GitarGirl, una experta ensayista y diseñadora de cómics súper posmoderna y contemporánea de la blogosfera, citó una frase del señor Carlos Alberto García Moreno alguna vez en algún blog de cuyo nombre no me acuerdo. Si mi precario rigor mnemotécnico no me falla, la sentencia rezaba así: «La persona que dice que no le gustan los beatles está automáticamente sospechada de no ser una buena persona». Para ser más gráficos, otro experto en el tema, Quino, lo explicó muy claramente hace algunas décadas.




Es así de sencillo. Aquí se declara abierto el conflicto bélico. Agárrese, señorita.

Autumn Leaves

The falling leaves drift by the window,

the autumn leaves of red and gold

I see your lips, the summer kisses,

the sun-burned hands I used to hold

Since you went away the days grow long

and soon I'll hear old winter's song

But I miss you most of all, my darling,

when autumn leaves start to fall

Toi que m’aimais, moi qui t'aimais,

mais la vie sépare ceux qui s’aiment

Tout doucement sans faire de bruit

et la mer efface sur le sable

les pas des amants désunis

El otoño fue menos impuntual este año que otros anteriores. Los días son también más feos, y más grises, que los que me recibieron en mi regreso de Italia; algo muy extraño en esta parte de España donde el sol desfila con su monopolio casi todo los días del año. El segundo año en la facultad empezó muy bien. Mucho mejor que el primero. La Universidad de Barcelona no tiene nada que ver con la de Tarragona, estoy mucho más seguro y contento con lo que estoy haciendo que el año pasado, y me va muy bien. Y conozco mucha gente nueva y de lugares muy lejanos.

Los viajes en tren de una hora, de capital de provincia a capital de provincia, no me joden en lo absoluto; quizás porque sé que no me podría quejar de esos trenes que todavía me resultan lujosos comparándolos con el Sarmiento. Siempre pasan rápidamente, entre lecturas obligatorias -y otras no tanto-, entre bostezos y miradas hacia el rincón del Mediterráneo que se ve por la ventana, entre aburridas charlas con gente de esta ciudad que apenas conozco, que me cruzo accidentalmente en el andén y que no soporta viajar sola, y entre discos enteros de los Beatles que van sonando en mis auriculares. A veces, para regresar al departamento, me demoro en los cines de Barcelona viendo alguna película subtitulada en versión original o alguna que traen del lado de Allá abajo.

Conseguí laburo en un video club comercial, estilo Blockbuster, para las noches de los fines de semana. Es, indudablemente, mucho mejor que la tortura de ser camarero en un bar. He comprobado de forma empírica que la gente es menos insoportable cuando va a buscar un DVD de Spielberg que cuando quiere un café con leche, descafeinado de máquina, cortito, sin espuma, y con dos sobrecitos de sacarina. Yo pongo películas subtituladas en versión original, mi compañera de turno se enoja, le molesta, pero no lo cambia. Voy alternando entre las pocas que hay que me gusten. Aunque normalmente no paso de repetir las pocas que hay de Woody Allen. Y no me aburren. El resto es una masa hollywoodense asquerosa.

Rendí por libre el examen teórico para sacar el registro, que es bastante largo y jodido, y lo aprobé. Ahora tengo que atreverme a salir a recorrer las calles con el instructor de alguna autoescuela. Ay de los peatones que se crucen en mi camino. Si todo sale bien, para las fiestas voy a estar legalmente arriba de algún tútú ajeno, porque no tengo en mente comprarme ninguno por lo menos para los diez años que siguen. Cuando eso esté hecho, quiero volver a estudiar guitarra.

Pinta un año muy interesante para leer y escribir mucho y para seguir recorriendo este viejo continente. Viviré entre dos hermosas ciudades, quizás como preludio de un puente para animarme a vivir definitivamente en la más grande.

La literatura y la universalidad

Tal vez muy pronto se convenzan los hombres de que no hay arte patriótico ni ciencia patriótica. Arte y ciencia pertenecen, como todo lo bueno, al mundo entero, y lo único capaz de impulsarlos es un libre intercambio entre todos los hombres de una misma época y un respeto constante de lo que nos ha quedado del pasado.

JOHANN WOLFGANG VON GOETHE

Ara que tinc 20 anys

Ara que tinc vint anys,

ara que encara tinc força,

que no tinc l'ànima morta,

i em sento bullir la sang.

Ara que tinc vint anys,

ara que el cor se m'embala,

per un moment d'estimar,

o en veure un infant plorar...

Los regaletes, como si fuera una formación de fútbol, de izquierda a derecha, de arriba a abajo:

Biografía de los Beatles, Poesía completa de Arthur Rimbaud en edición bilingüe, Between Chaos And Creation (último disco de Sir Paul McCartney), Mediterráneo (un disco viejo de Joan Manuel Serrat), Obras completas de Ricardo Neftalí Reyes (un poeta chileno que meses atrás alegué infamemente que no me gustaba), el DVD Anthology de los Beatles (greatest gift of all!) y las Obras completas de Hesíodo. Además, no se ve bien pero está por ahí el último disco de Sabina, Alivio de luto, y un lindo saquito negro. ¡Qué lindo es cumplir años así!

Cine nacional

Tomada en algún pasillo del Underground, Londres, junio 2005.




Tomada en la pared de alguna vereda con pórtico, Torino, septiembre 2005.

Sobre un tal almirante genovés (y de su imaginación frutal)

Yo siempre leí que el mundo, tierra y agua, era esférico, y las autoridades y experiencias que Ptolomeo y todos los otros escribieron de este sitio daban y mostraban para ello, así por eclipses de la Luna y otras demostraciones que hacen de Oriente hasta Occidente, como de la elevación del polo de Septentrión en Austro. Ahora vi tanta disconformidad, como ya dije, y por esto me puse a tener esto del mundo, y hallé que no era redondo en la forma que escriben; salvo que es de la forma de una pera que sea toda muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón, que allí tiene más alto, o como quien tiene una pelota muy redonda, y en lugar de ella fuese como una teta de mujer allí puesta, y que esta parte de este pezón sea la más alta y más próxima al cielo y sea debajo la línea equinoccial y en esta Mar Océana el fin del Oriente.

Cristóbal Colón, Diario, «Carta del tercer viaje».
31 de agosto de 1498, Santo Domingo.