chiquilín de bachín

—El mundo es la suma del pasado y de lo que se desprendió de nosotros— Novalis

jueves, septiembre 29, 2005

De Qué Bonito es Viajar por Europa o Il Ritorno II

Llegué bien a Milano, por lo que me refugié en un café a empezar a releer las Crónicas de Dolina. Cuando ya era la hora, me crucé a la estación. Se ve que rondaban tornados en Barcelona, así que no tenían tren para traernos de vuelta a casa. La gente blasfemaba en por lo menos dos idiomas diferentes, mientras yo esperaba a ver qué pasaba. Nos dijeron que nos iban a llevar en un micro. Así que sentaditos como unos dandees durante once horas y sin chistar. Conocí un grupo de tres chilenas, un poco más grandes, que parecían copadas y me junté a ellas. Después apareció un mexicano, y hasta pensé en preguntarle por la niña veneciana. Paramos cada tanto para estirar las piernas y consumir los recursos naturales de las estaciones de servicio.

Ventimiglia, 11:53 PM

Chiquilín: -Salve, buona sera, voglio questo cioccolato [Un buen Toblerone era] i questa Sprite.
Vendedor: -Va bene, sono 3.50 €
Chiquilín: -Grazie.
Vendedor: -Grazie a voi.

Marseille, 3:05 AM

Ch: -Bonsoir, je veux cette bouteille de l'eau.
V: -Très bien, il est 1.50 €
Ch: -Merci.
V: -Merci à vous.

Figueres, 8:53 AM

Ch: -Bon dia, vull aquesta aigua.
V: -Molt bé, és 1, 20 €
Ch: -Gràcies.
V: -Gràcies a tu.

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10 del pueblo quieren saber de qué se trata

lunes, septiembre 26, 2005

De Cómo perdí un amor en Venezia o Il Ritorno I

Se t'incontro per strada, non riesco a parlarti
mi si bloccano le parole, non riesco a guardarti
negli occhi mi sembra di impazzire


Jovanotti, Serenata Rap

E gira il mondo e giro te mi guardi e non rispondo
Perché risposta non c'è nelle parole
Bella come una mattina d’acqua cristallina,
come una finestra che m’illumina il cuscino

Jovanotti, Bella

Una tempestad shakespereana estaba maltratando el cielo europeo ese viernes. Del otro lado del charco, llegaban las noticias de huracanes rebeldes; todo apuntaba a una clara tormenta contra el hemisferio norte. Venezia era impenetrable esa mañana. Me lamenté en la estación por no poder salir a pasear de nuevo y contemplar esos canales al sol. El agua estaba por todos lados inundando el deseo de turistas de diferentes partes del planeta que habían llegado hasta ahí por primera y quizás única vez. Decidí que mejor era aprovechar el tiempo para ir yendo a Milano, desde donde iba a salir mi tren a Barcelona, por si había atrasos. Cualquier cosa me tomaría un café cerca de la estación central mientras disfrutaba el libro de Dolina.

Me quedé esperando a que saliera mi tren. Cuando vi que todos los viajes se estaban suspendiendo menos el mío, me quedé más tranquilo porque ya estaba con el boleto en el bolsillo. Me senté, todavía faltaban unos minutos. Al rato, una chica, rubia, con anteojos, probablemente de mi edad, con mochila en sus espaldas y mirada penetrante, me empezó a mirar. Caramba. Al otro rato, se me acercó y balbuceó un idioma que yo entendí como el mío. Pensé que era inglesa or from the land of the free and the brave, porque parecía estar esforzándose en demasía para hablarme en español. Estaba como desorientada y perdida, necesitaba ayuda. No entendí cómo sabía que yo era de habla-hispana:

Ch: -I do speak English, if it's better to you. What do you need?
Girl: -I need some change to use the telephone, do you have two coins of 50 cents?
Ch: Yes, of course, here you are.

Con extrema delicadeza, ella metió una monedita de 1 euro italiano en mi billetera porque yo tenía mis manos ocupadas en las dos monedas de cincuenta y en los bolsos y mochilas que venía arrastrando.

Girl: -Thank you, where are you from?
Ch: -You're welcome, I am from Argentina.
Niña: -Ah, entonces hablas español también.
Ch: -Sí, claro. ¿Pero de dónde eres tú?
Niña: -De México.

Si ya se había enamorado Chiquilín, ahora que la niña le decía que era del país de Juan Rulfo, Chespirito y Frida Kahlo, sólo por eso, tenía mucho más puntos a su favor. La niña se puso a llamar por teléfono a no sé dónde; Chiquilín la contemplaba, esperando a que colgara. Pero por los altoparlantes, la voz del diablo se pronunció altiva:

Il prossimo treno EuroStar a Milano Stazione Centrale uscirà adesso, questo é l'último avvertimento.

Corrí hasta el tren, no había otro en toda la tarde. La niña me miró desde el teléfono público y me susurró un «Adiós».

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11 del pueblo quieren saber de qué se trata

viernes, septiembre 23, 2005

Trieste

Trieste es una pequeña ciudad que se esconde en los confines itálicos con la península balcánica. Fue austríaca, fue eslava, ahora es italiana. L. y S. viven ahí hace tiempo y yo las fui a visitar por segunda vez. La verdad es que ya no había mucho turismo por hacer, porque el año pasado habíamos recorrido casi todo. Así que aprovechamos los días para ir a la playa:



Hacíase el canchero Chiquilín, mientras entraba al mar que ven ustedes en la foto. Todo parecía muy idílico, pero la playa, como gran parte de la costa italiana, no era de arena sino de piedras. Seguíase haciendo el canchero don Chiquilín cuando le avisaron que tuviera cuidado al aventurarse a entrar al agua: los consejos fueron inútiles, nuestro pequeño héroe de Bachín pisó con toda confianza un par de rocas ignorando que éstas eran muy resbaladizas y voló muy alto, mucho, y cayó sentadito. Riose, porque la escena era bastante catastrófica y lo miraba toda la playa. Hasta que S. le tendió la mano para que se levantara:

S: -¿Querés que entre yo primero ahora y vos venís después?

Ch: -Bueno, y ¿te agarro de la mano mejor?

S: -Mejor.

L. me llevó a conocer esta hermosa sinagoga. Trieste sigue siendo aún hoy una ciudad que cuenta con un montón de habitantes de religión judía, a diferencia del resto de Italia, debido al constante contacto que tiene con los países balcánicos. Quisimos ir a Liubliana, pero para los setenta kilómetros de distancia que había, nos querían matar con el precio del tren y nos podíamos quedar apenas un par de horas. Así que yo ya había planeado pasar por Venezia en mi regreso a la península ibérica.


James Joyce vivió muchos años en esta hermosa ciudad, acá hay una placa que acompaña su debido monumento. Quién sabe, su Ullyses se pergenió en este rincón del planeta, imaginando el lejano Dublín.

L. llevaba mucho laburo atrasado, tenía que terminar de pintar unos cuadros para entregarlo en esos días, así que cuando no podíamos ir a la playa o salir con S., yo me quedaba leyendo una edición de El túnel, que encontré en la biblioteca de ellas. Me sirvió para confirmar que Sabato no me gusta nada, después de haber leído Sobre héroes y tumbas y su último libro de memorias en España. S. me trajo de Buenos Aires una edición del año pasado, de una revista literaria llamada Metafrasta, donde me publicaron dos poemas en prosa, gracias a la colaboración de Melquíades. También me trajo una nueva edición de las Crónicas del Ángel Gris, que decidí releer en mi viaje de vuelta, porque el canto VI de la Eneida del libro que yo había traído, sencillamente no estaba: me lo vendieron sin él adentro así que no lo iba a retomar hasta leer ese canto en Tarragona. Mi tren de vuelta salió el viernes de la semana siguiente a la mañana.


PostPost: Si tienen ganas, pueden pasar por el Rincón, que subí un cuento corto de Borges.

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10 del pueblo quieren saber de qué se trata

jueves, septiembre 22, 2005

They say it's your birthday...

You say it's your birthday
It's my birthday too, yeah
They say it's you birthday
We're gonna have a good time
I'm glad it's your birthday
Happy birthday to you

En algún barrio recóndito de la ciudad de Buenos Aires de cuyo nombre no quiero acordarme, -algunos sostienen que en Barrio Norte, otros en Recoleta¹- hace hoy dos décadas, nacía Chiquilín de Bachín. Ahora se fue de joda por ahí, pero cuando vuelva me dijo que promete continuar la transmisión corriente de este weblog, léase la continuación de sus andanzas por la bella Italia, el gran regreso y el comienzo de su curso lectivo en Barcelona.
¡Salú!

¹ Hay mentes perversas que defienden la teoría de que el parto se produjo en São Paulo, Barcelona o inclusive en Calabria; pero sus ensayos biográficos sobre este weblogger no son nada sólidos como para tenerlos en cuenta.

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17 del pueblo quieren saber de qué se trata

jueves, septiembre 15, 2005

Venezia



Come tu mi vuoi, sarò, sarò
Quello che tu vuoi, farò, farò
Non ti lascerò mai, ma non ti amerò mai
Questo tu lo sai, sì, lo sai

Ed accanto a te, starò, starò
In serenità, vivrò, vivrò
Una dolce vita, una buona vita
Come tu la vuoi, io ti darò


Leopoldo tenía razón. Ir a Trieste, cambiar los trenes, y no parar en Venezia, aunque sea un ratito, a contemplar el panorama es algo penalizable con cadena perpetua. Ya conocía, ya me la había recorrido de punta a punta en medio del caluroso verano del año pasado. Pero vale la pena volver, siempre. Venezia, quizás, debe ser el rincón más irreal de este planeta. Si no me alcanzaba la plata para ir a Liubliana, decidí que tenía que volver y pasar al menos una tarde ahí en el viaje de regreso. El vistazo se me esfumó en unos segundos y el último tren a Trieste ya salía...

P.D: El que guste de Kafka, puede pasarse por el Rincón a explorar una maravillosa parábola suya.

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martes, septiembre 13, 2005

Milano

Li arì il irà...
Vaco distrattamente abbandunato
L'uocchie soto 'o cappiello annascunnute
Mane int'a sacca a bavero ajzato
Vaco fiscann'a 'e stelle ca so'asciute


Seguí mi itinerario ferroviario dejando que mis ojos recorrieran los primeros cantos de la Eneida. Mientras Eneas intentaba penetrar en el sur de Italia en medio de la tempestad, yo iba tranquilo en un tren con aire acondicionado y asientos reclinables. Toda una injusticia histórica. Llegué a la estación central de Milano bien temprano; era un edificio brutal, una obra maestra de la arquitectura, realmente. Aunque la atmósfera me recordó a veces -y no exagero- nuestra querida estación de Constitución. Creo haber visto los personajes de Tiempo de gitanos correteando por ahí. Una vez en la calle, le pregunté a una señora -muy paqueta ella-:

-Scusi, come posso arrivare a il Duomo ? Ho bisogno di prendere il metro ?
- Vuole camminare ?
- Sì, ho tempo e mi piace molto.
- È venti minuti diritto per questo corso.

Menos mal que me piace caminar. Más que veinte minutos me tomé casi una hora antes de llegar al Duomo, esta belleza, construida en medio milenio, que ven en la foto.

Todo para encontrarme con un pecado capital contra la estética: la fachada de la catedral milanesa estaba siendo restaurada y lo único que podía ver era esa mole de metal. De todas maneras entré y di una vuelta por adentro y por afuera de este maravilloso edificio. Mientras las mujeres se quejaban de los principios de la doctrina católica que les impedía entrar al sacro lugar en pollerita, mi estómago empezó a quejarse. Así que me senté en las escalinatas de la iglesia a almorzar unos buenos sanguches, bien gasolero el asunto, pero con esta hermosa vista desplegándose ante mis ojos:

La plaza del Dumo daba a esta galería hermosa que fue incendiada y hasta hace poco estuvo cerrada. Por suerte no me la perdí.



Más tarde recorrí el centro y sus elegantes peatonales. A diferencia de Torino, Milano es quizás menos seria y sobria y más pomposa y solemne. La gente iba muy bien vestida por todos lados. Despedí la jornada viendo el cuadro de Leonardo, L'última cena, en un monasterio dominicano. Fue impresionante y también tuve mucha suerte porque había cola para una semana, pero como yo iba solo y un turista había faltado, me hicieron un huequito y pude entrar. Al atardecer salió mi tren hacia Trieste.

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domingo, septiembre 11, 2005

Torino



Cuando hace unos años estaba a punto de irme a vivir a Torino, imaginaba una ciudad fría, gris, industrial, regida bajo la tiránica hegemonía de la FIAT. Por suerte estaba bastante errado: el verde abunda por todos lados, tiene parques grandes, el río Po le da un encanto particular y el centro es muy elegante.



Llegué al Piamonte un miércoles a la madrugada, bien tempranito. Apenas pude dormir en el tren, era la primera vez que viajaba en uno con cama, así que pasé las horas nocturnas escuchando canciones viejas de Peter Gabriel. Compartí mi habitación con dos italianos, uno era sordomudo, y un catalán que se iba de intercambio universitario a Bologna. Me refugié en la casa de unos amigos de toda la vida de mis viejos, que viven hace algunos años en un pueblito de las afueras. Pude recorrer bastante, visité el segundo museo egipcio más importante del mundo (después del de El Cairo), vi el palacio y el castillo de la dinastia Savoia e hice una buena caminata por el centro de la ciudad. Lo que más me llamó la atención fue esto:



¡Las veredas techadas y limitadas como si fueran galerías! Según me explicaron, parece ser que fueron así construidas para proteger y adornar el paso de los reyes, que residían por esos pagos.

Pasé ahí dos días y al tercero me fui a ver la tan famosa Milano. La próxima les cuento.

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