Me sobran los motivos
Lo bueno de tener amigos decentes es que mientras uno está consumiéndose con ejercicios de latín, ellos lo llaman a uno y le hacen escuchar esto en vivo y en directo desde el Auditori de Barcelona:
Este dulce de leche contaminado
este perro andaluz sin domesticar
este orgullo de principe destronado
esta esquina del pecado,
esta ruina de Don Juan.
No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación
de saber que estos son los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos.
Esta necesidad de necesitarte,
este llamarte sin quererte llamar,
este olvidarme del deber de olvidarte,
este lunes, este martes y el miércoles que vendrá
Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de Barba Azul,
qué poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas entre Córdoba y Maipú
Esta guitarra huérfana y delirante,
con su terco "knock knockin' on heaven's door",
estos dedos que dejan caer un guante,
delicado y transhumante, a los pies de un trovador
Este Land Rover aparcado en tu puerta,
la rueca de Penélope en el Luna Park,
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta sin la gramola del mar
Me habré quedado sin entradas, Joaquín, pero la próxima no me la pierdo ni loco.